¡Especial para mamás y papás de 1º y 2º de la ESO!

¡Ya estamos de vuelta en el campamento! Tras pasarnos más de 24 horas encerrados en tiendas de campaña, saliendo únicamente de ellas cuando el tiempo lo permitía, es decir, en intervalos de no más de 30 minutos, ¡hemos regresado! Y lo que es más importante, lo hemos hecho todos ¡sanos y salvos!

Ha sido una pena que el tiempo no nos haya permitido realizar la travesía como estaba previsto, ni ascender nuestro primer 3.000, sin embargo, debemos sacar las conclusiones positivas que nos ha dejado esta experiencia, que no son pocas...

El tiempo del primer día tuvo la consideración de dejarnos llegar hasta el punto previsto y de montar todas las tiendas para ponerse a llover. Bien es cierto que aguardaba con ganas, ya que, como ya os hemos dicho, llovió y granizó de forma intermitente durante unas ¡32 horas! Durante los momentos de lluvia las cartas y las conversaciones de cotilleos fueron los claros protagonistas entre nuestros chic@s. Fueron momentos también para conocernos un poco mejor, sobre todo entre los diferentes cursos. Esto nos ha venido genial para hacer de este nuevo grupo surgido de la unión de ambos cursos, una gran piña en la que todos remamos en la misma dirección. En este tipo de situaciones, compañerismo, solidaridad, colaboración... son fundamentales para salir adelante.

Cuando las nubes se tomaban un respiro y recargaban la energía para volver a soltar agua a raudales, nos faltaba tiempo para salir de la tienda y estirar las piernas, fuera cual fuera la condición meteorológica. En uno de esos momentos, aprovechamos una pequeña pala de nieve que teníamos junto a las tiendas y la utilizamos como tobogán gigante. Capas, esterillas... cualquier cosa servía para ponerla bajo el culo y deslizarnos por la nieve. Nos lo pasamos en grande y nos vino estupendo para mantener el buen ánimo que reinaba en la expedición a pesar del tiempo.

Esta mañana nos hemos levantado con el cielo todavía nublado, por lo que hemos desechado las últimas esperanzas que albergábamos para ascender la Tuca Forqueta. De esta forma nos hemos puesto rumbo al campamento donde nos esperaban la mayoría de nuestros amigos, que también se habían quedado sin las travesías esperadas. Durante el camino de vuelta hemos podido comprobar los efectos de los dos días anteriores, de esas piña de la os hablábamos. Ha sido muy emocionante ver a chicos que apenas se conocían o tenían relación animándose en los momentos en los que las fuerzas flaqueaban. En esos momentos, como en tantos otros, te das cuenta de la grandeza y la magia de la travesía.

De esta forma hemos llegado a Eriste a la hora de comer, con un cielo despejadísimo y un sol de justicia, como burlándose de nuestra retirada. Pero como bien dice el dicho, "una retirada a tiempo es una victoria". Y así es como nos sentimos, victoriosos de esta experiencia tan enriquecedora que, sin ninguna duda, contribuirá notablemente en nuestra formación.

Bueno, esto es todo, así que estad tranquilos que estamos todos bien y con muchas ganas de seguir disfrutando de lo que queda de campamento. Un abrazo enorme desde aquí, os dejamos algunas de las fotos que hemos hecho durante estos días.